Habemus communicatio
Me gusta este nuevo Papa, sin duda. Y mucho. En el aún escaso tiempo que lleva en el Pontificado está demostrando, entre otras virtudes, que, para ser humilde y discreto, no hay que predicarlo a todo el mundo, como ha sucedido frecuentemente en la historia reciente de la Iglesia. Es un contrasentido. El público interesado debe notarlo y apreciarlo sin que les den ya hecho el juicio. Y por eso no está ninguneando a los medios de comunicación, ni a sus trabajadores. Todo lo contrario. Eleva su labor a otra dimensión. Creo que la segunda audiencia que concedió en el Vaticano fue para ellos, (y no eran periodistas solo,