De la controversia y el apriorismo, a la rendición de cuentas de las políticas sanitarias y de su gestión
Las políticas sanitarias y su gestión tienen una finalidad última, por nadie contestada. Es la de dar a las personas la mayor protección de su salud y la mejor atención sanitaria posible cuando esta se quiebra, para gozar de una mayor esperanza de vida con calidad. Tienen también, a tal fin, que promover la innovación y el progreso de los profesionales y ser aplicadas con equidad y con el mejor uso de los medios aportados por el contribuyente. Los resultados a evaluar de esas políticas deberían ser medidos en la dimensión del beneficio que obtienen para la persona enferma, para la generación de innovación, conocimiento y crecimiento de los









